Nos enfrentamos a un desafío sin precedentes. En todo el mundo, 130 millones de personas necesitan ayuda humanitaria. Más de 60 millones de personas han sido desplazadas de sus hogares por la fuerza. A pesar de las condiciones precarias en que viven, existe una grave escasez de fondos para ayudar a esas personas, lo que plantea cuestiones básicas sobre la solidaridad mundial en un mundo de gran riqueza.
No es de extrañar que la línea de fractura responsable del quiebre de legitimidad de nuestro sistema político en los últimos años, atraviese de lleno al Partido Socialista. Se podría decir que esa esquizofrenia tan de aquí, tan machadiana, entre una España que muere, y otra España que bosteza, tiene su particular traducción (en cierta forma, hasta su mismo origen) en el seno del PSOE.
Ayer Souad me invitó a tomar el f'tor en su casa junto a sus dos hijos. Nos sentamos en el suelo alrededor de la mesa. Sus dos hijos, ella y yo. Todavía no podemos comer. Hasta que no escuchemos la señal permaneceremos así sentados, a la expectativa. Y entonces, de repente, un hombre entra en la casa y me saluda. No sé quién es.
Irse obligado de un trabajo poco difiere de la desvinculación amorosa. Porque dejar de ser imprescindible en un rol siempre nos duele, incluso cuando uno mismo tenga también ganas de dejar tal escenario. Duele porque nos lleva a encontrarnos con un perfil de la muerte: esa idea terrible de que el mundo puede seguir sin nosotros.
Me decidí a escribir Pacta con el Diablo para dar a conocer las cláusulas que, salvo infortunios, te permitirán plantar cara al paso del tiempo. No podrás escapar de tu edad cronológica, la que marca el calendario, pero sí es posible modificar la biológica y en el libro explico cómo.
Con una repetición de elecciones a escasos meses de las anteriores, vivir una nueva campaña como un déjà vu sería imperdonable. En eso se ha centrado la estrategia del PP y Unidos Podemos. Los programas no pueden modificarse sustancialmente, sería muestra de falta de credibilidad; pero la forma de presentarlos para evitar ser cansinos y reticentes, sí.
Recuerdo un día que nos paseamos juntos por el centro. Yo tendría 14 años, o quizás 15. Pasó un coche a nuestra altura, el conductor tocó el claxon, me silbó y luego siguió por su camino. Para mí, eso era lo normal. Para papá, ese tío era un gilipollas. Ese conductor maleducado sólo sería el primero de una larga lista.
La ironía del asunto es que Mateen no es más que un homosexual frustrado. Un homófobo que tenía un pie aún dentro del armario. Mateen era gay. Le gustaban los hombres. Pero estaba casado con una mujer, con quien pagaba todas sus frustraciones de hombre musulmán homosexual que no se quería a sí mismo y que sólo buscaba vengarse de los demás. Por sodomitas.
Desde el pasado mes de junio de 2015, cuarenta y cinco municipios de la Comunidad de Madrid se han convertido en el referente del cambio que el PSOE quiere trasladar a toda España a partir del próximo 26J. Alcaldes y alcaldesas, que de la mano también del grupo socialista en la Asamblea de Madrid, están liderando la única alternativa real a los recortes y la corrupción del Partido Popular.
Va tomando cuerpo un discurso complaciente en los medios políticos occidentales, según el cual la apertura comercial iniciada por las restauradas relaciones con los EEUU llevará a una recuperación del mercado abierto en Cuba y que estas libertades económicas llevarán de la mano una inexorable apertura política con un sistema democrático más o menos similar a los que practicamos entre nosotros.
¿Debería ser necesaria la intermediación de un banco privado o de un sistema de créditos para facilitar el derecho a la educación que todos tenemos? Defender que el problema de las elevadas tasas se soluciona con una política de créditos es retorcido.
Los fans de Alfonso Alonso, el presidente al que sí apoyaría Rivera, no se han recatado hoy. Tan solo doce horas después de que el líder Ciudadanos le pidiera a Rajoy una reflexión sobre su situación -por no espetarle el "Váyase, señor González" de Aznar a Felipe- al ministro de Sanidad le han sugerido que él es la alternativa.
Pau Santamaría, hijo del irreemplazable cocinero Santi Santamaría, vive de la huerta. Dedica sus esfuerzos a cultivar verduras ecológicas de temporada. A la vez, ha establecido una red de payeses en la zona de Vic, Cataluña, que comparten los valores por el cultivo orgánico y logran abastecer a una lista de cocineros cada vez más extensa en todo el país.
Hoy te traemos una breve clase de pilates en la que aprenderás algunos ejercicios suaves para fortalecer la zona del suelo pélvico y estimular el anillo que conforman nuestra base vertebral y caderas. De esta forma, estimularemos y activaremos la energía sexual.
Cuando se nos rompe el corazón, con él se nos rompen todos los esquemas. Los esquemas de la vida que teníamos planificada. Nos entra una sensación de pánico ante lo desconocido. Pensamos que cuando el amor dice 'no', algo se rompe para siempre. Esa es la idea que intenta desmontar esta novela. A veces, perder un amor nos ayuda no solo a volver a enamorarnos, sino a hacerlo mucho mejor que en la vez anterior.
Por ejemplo, posponer la alarma. Cuando duermes, el cerebro pasa por varias fases y la última te prepara para estar alerta a la hora de levantarte. Por eso a veces nos despertamos justo antes de que suene el despertador. Si te vuelves a dormir, pierdes ese nivel de alerta y te despiertas más tarde, cansado y grogui.
Que me lapiden ya los apóstoles de la nueva política: a mí lo que me gustaba del bipartidismo eran los cara a cara. Muero por ver a la astuta Hillary Clinton lidiar con el energúmeno de Donald Trump, por ejemplo. Un debate a dos puede ser intenso, agrio o aburrido, pero es directo y elemental, como la tele. Un debate entre cuatro candidatos y las triangulaciones que genera puede volverte tarumba en cuanto pierdes mínimamente el hilo.
Tres aspirantes y un tronista, todos en pie, hablando de lo suyo con bastante más sensatez de la que nos hubiera gustado como espectadores ávidos de sangre fresca que somos, habituados a disfrutar de los descensos al barro y lo golpes bajos entre adversarios ideológicos. Poca sangre, poco barro y pocos golpes vimos anoche en el 'Debate a 4'.